Si bien se indica que el gusto por el trabajo podría evitar que ser workaholic repercuta negativamente en la salud física y rendimiento del empleado, para algunos especialistas laborales y psicológicos, estas personas incurren en un comportamiento obsesivo centrado en el trabajo, por lo cual recomiendan evitar caer en esta dinámica que puede perjudicarles.
En tal sentido, el portal psicologíaymente.com (donde se publican trabajos especializados en psicología clínica) advierten sobre esta práctica laboral e indican 6 consejos para dejar de ser un adicto al trabajo o evitar caer en esa adicción. Estos son:
- Modificar escala de valores laborales.
Un primer paso es tratar de modificar la escala de valores sobre el trabajo, intentando dejar de darle más importancia de la que requiere. La vida está llena de cosas para disfrutar, como la familia, los amigos y actividades lúdicas e incluso deportivas.
- Limitar el número de tareas.
Uno de los principales problemas de las personas adictas al trabajo es que no saben ponerse límites, aceptando tantas tareas como puedan, bajo la creencia de que cuanto más trabajen mejor serán valorados.
- El trabajo, en el trabajo.
En la medida que sea posible, se debe limitar el tiempo que se emplea en el trabajo y dedicarse a las tareas laborales únicamente en la oficina. Las horas libres, fines de semana, vacaciones y otros momentos en donde no se tiene que trabajar, no son el momento adecuado para llenarlo con más trabajo.
- Evitar el perfeccionismo.
Los seres humanos somos imperfectos por naturaleza, así que obsesionarse con hacer todo absolutamente bien y genial es prácticamente imposible. Ciertamente, las tareas deben realizarse con cierto decoro, estilo y bien hechas, pero no se puede dedicar más horas de las necesarias para acabar algo que con menos tiempo y esfuerzo se logra hacer bien.
- Mejor poco y bien, que mucho y mal.
La eficiencia no se mide en el tiempo que le dedicamos a algo, sino lo bien que lo hacemos. Se puede ser muy productivo, dedicándole el mínimo de tiempo necesario.
- Delegar funciones.
Un problema que tienen los “workaholicos” es que no confían en sus compañeros de trabajo y prefieren cargarse con todas las tareas antes que delegar. Esto es un craso error, pues además de afectar su salud, empeora las relaciones en la oficina al sentir sus compañeros que no los valoran.